Mis
hortalizas y frutas crecen con técnicas de cultivos basadas en la
rotación de cultivos, abonos verdes y en la
potenciación de las defensas propias de los cultivos y de la tierra, utilizando plantas resistentes o insectos antagonistas a los que son nocivos, aportando en el momento oportuno estiércol de mis propios animales que viven al aire libre y no de manera estabulada y lo más interesante de todo, mis productos
maduran a su ritmo de forma natural.
Para mí esto es
agricultura ecológica, no intervenir en el medio y en las plantas forzando su propio ritmo natural. De hecho, numerosos estudios demuestran que los alimentos ecológicos tienen más materia seca y menos agua (hasta un 25%, 30% menos) y por tanto una
mayor concentración de nutrientes. En general tienen más
vitaminas, antioxidantes, aceites grasos polisaturados, como el omega-3 o minerales, proteínas y oligoelementos como hierro y magnesio.
En los
productos elaborados, la grasa que se emplea nunca es hidrogenada, y además no están expuestos a tóxicos de los pesticidas y presentan una acumulación de nitratos menor. Como anécdota, comentar que se sabe que los plátanos han perdido en los últimos 25 años, al menos un 12% de su contenido en calcio y las fresas un 87 en vitamina C a causa del empobrecimiento del suelo y de la maduración artificial.
Las
frutas y hortalizas ecológicas crecen a su ritmo natural, lo que lleva a que tengo menos acumulación de agua y entonces más nutrientes. Brócolis,
lechugas,
cebollas pueden llegar a tener hasta un 30% más de potasio y calcio. En general, tienen una mayor cantidad de vitamina C y antioxidantes (hasta un 40% más). Así como magnesio y hierro. Otro ejemplo claro es una
manzana ecológica tiene
más del doble de magnesio.
Un producto ecológico tiene un cuidado que no tiene otro, ya que
no ha sido sometido a ningún tipo de tratamiento químico, sino que es sumamente natural incluso la tierra donde son cultivados no tienen ningún tipo de abono artificial ni químico.
Desde el punto de vista medio ambiental, estos productos ecológicos provienen de una agricultura que conserva e
incrementa la biodiversidad al fomentar la diversificación de cultivos, la plantación de setos, otras plantas auxiliares, etc.
Son alimentos que proceden de una agricultura que
promueve el trabajo y la vida en el campo, preservando una cultura propia y
contribuye a la satisfacción, salud y cultura de los que viven en la ciudad y además nos ayuda a
recuperar los aromas y sabores casi perdidos y se colabora con la conservación del medio cuidando la contaminación de la tierra, agua, etc… para dudar en el consumo de hortalizas, frutas y otros productos ecológicos.